Spiruline
Una óptima formulación, especialmente diseñada para contribuir a reponer las deficiencias nutricionales del sistema el sistema óseo y articular, favoreciendo la fijación natural de nutrientes.
La exclusiva formulación de Spiruline® Protección Osea con el agregado balanceado de Vitamina D3, presenta la función de aumentar la absorción intestinal del Calcio, movilizarlo hacia el sector extracelular, aumentar la mineralización ósea, favorecer la biosíntesis y la maduración del colágeno, necesario para la reparación y generación de tejidos.
El déficit de Vitamina D3 provoca la enfermedad osteomalacia, es decir, un reblandecimiento óseo progresivo, con el riesgo incrementado de fracturas. Sin embargo, modernas investigaciones sobre la bioquímica del hueso confirman que otros minerales como el Zinc, el Silicio, el Cobre y el Manganeso, todos ellos en concentraciones significativas en el producto, tienen vital importancia en los procesos de mineralización.
Aunque durante muchos años se han buscado correlaciones aisladas entre el deterioro óseo y el exceso o carencia de Zinc, Cobre, Potasio y Manganeso, se ha comprobado que la carencia de cualquiera de estos nutrientes tiene un impacto negativo sobre la remodelación ósea. Paralelamente, casi siempre los casos de osteoporosis han detectado carencias de estos iones.
Se encuentra comprobado, que administración de Calcio, junto con vitamina D, detiene la pérdida de minerales en las vértebras. No obstante, modernos estudios comprueban que el suministro adicional en conjunto de Zinc, Manganeso, Cobre y Potasio, como es en el caso de Spiruline® Protección Osea, eliminan el deterioro de todo el sistema óseo y las pérdidas de Calcio en la orina son detenidas por completo, permitiendo incluso la recuperación de parte del hueso.
El Ácido Fólico, vitamina esencial incorporada al producto, y la cianocobalamina (Vitamina B12) proveniente de las algas Spirulina (la mayor concentración de la naturaleza), son habitualmente deficitarias en personas menopáusicas y postmenopáusicas, aunque son el común denominador de las personas mayores. Su aporte posibilita corregir la malabsorción digestiva que es frecuente en personas de edad, y que compromete la adecuada nutrición celular. De esta forma, el Ácido Fólico participa de manera dominante en los procesos de generación y regeneración de los tejidos óseos, al aumentar la biodisponibilidad de los minerales involucrados.
Su formulación con contenido de Algas Pardas junto con otros componentes de origen natural, brinda una elevada cantidad de minerales esenciales, como es el caso del Iodo (hasta un 0,1 %), Potasio y otros microelementos, además de proteínas y ciertas vitaminas. Esto posibilita una absorción facilitada de estos minerales y nutrientes esenciales, que se ve favorecida por la regularización de los equilibrios orgánicos, logrando una prevención integral de las enfermedades relacionadas a las carencias o dificultades en la asimilación de los mismos.
Las microalgas Spirulina, funcionan como soporte nutricional del producto, aportando proteínas, vitaminas, minerales esenciales, junto con ácidos insaturados y poliinsaturados (omega 3 y 6), bases nutricionales que el organismo requiere para lograr una mejor acción de los demás componentes.
Si bien eran prácticamente desconocidas a principios del siglo XX, las enfermedades óseas son hoy una de las enfermedades más extendidas entre las mujeres occidentales, especialmente la osteoporosis. En ello ha influido una modificación profunda de los hábitos alimenticios actuales, que incluyen un consumo desorbitado de bebidas gaseosas muy ricas en ácido fosfórico, secuestrante natural del Calcio y otros metales, a lo que se sumado un abandono progresivo de la actividad motriz, a punto tal que las personas de hoy sólo gastan un 20% de las calorías que demandaban a nuestros abuelos la realización de las mismas tareas. La osteoporosis connota graves consecuencias orgánicas, siendo la causa de aplastamientos vertebrales, fracturas de muñeca y fracturas en el extremo superior del fémur. En forma sucinta se trata de una pérdida progresiva y generalizada de la masa ósea por aumento de la resorción, y es mucho más frecuente en la mujer que en el hombre. Gran número de ellas se ven amenazadas poco después de la menopausia, aunque también se verifica en número cada vez más creciente una forma de osteoporosis asociada a la práctica de deportes de alta competencia, con una población obviamente mucho más joven, denominada osteoporosis deportiva. Influyen, además, ciertos factores hereditarios y de constitución física.
Desde el principio de la pubertad hasta el final de la adolescencia; es decir, en menos de diez años, la masa ósea experimenta su crecimiento más rápido y el esqueleto adquiere la mitad de su peso total. Durante este proceso y también del posterior, los huesos experimentan una remodelación constante, entendiendo esto por el proceso mediante el cual el organismo va eliminando los tejidos óseos antiguos y los reemplaza por otros nuevos, en un proceso constante de construcción anabólica y destrucción catabólica. Hasta los 25 y 30 años, ambos procesos se encuentran en equilibrio. Pero en algún momento, a partir de los 30 años aproximadamente, en el comienzo de la perimenopausia, tanto mujeres como hombres comienzan a perder más hueso del que generan. En las mujeres, el proceso se acelera a partir de la menopausia por la caída en la producción de estrógenos, una de las hormonas que regulan esta remodelación. Entonces pierden una cantidad de tejido óseo significativamente mayor que los hombres, hasta un 2 a 5 % al año durante los primeros 5 a 7 años desde la menopausia. Por esta razón, la osteoporosis es más común en las mujeres que en los hombres, aunque también se verifica en hombres de edad avanzada. Por ello, es sumamente importante tanto para hombres como para las mujeres formar una masa ósea óptima a lo largo de toda nuestra vida. Todas las investigaciones coinciden en que, para conseguirlo, el consumo de Calcio debe comenzar tempranamente, así como practicar ejercicios físicos. Según los últimos estudios realizados en la Purdue University, EE.UU. la suplementación con Calcio y otros factores nutrientes, debe comenzar en la pubertad, a los efectos que la formación de la masa ósea producida hasta los 20 años tenga una estructura adecuada para prevenir las pérdidas que se producen entre la cuarta y quinta décadas de la vida. Obviamente, durante todo este proceso, las medidas de actividad motriz y acentuar el consumo de Calcio son las premisas a seguir.
Sin embargo, ciertos hábitos alimentarios y sociales que son prototípicos de las formas de vida actual, han determinado que muchos de los factores y nutrientes que tienen influencia en los procesos de formación del tejido óseo sean ampliamente deficitarios en la dieta, entre los que se puede mencionar: el Magnesio, el Calcio, el Cobre, el Manganeso, el Zinc y las vitaminas D y K. Estas carencias se han agravado por una expansión exponencial del consumo de bebidas gaseosas, especialmente las bebidas cola, cuyo contenido de ácido fosfórico secuestra cantidades enormes de Calcio y otros metales necesarios con los que forma sales insolubles, restándolas de la disponibilidad nutriente. Como el Calcio sérico es vital para regular las contracciones y expansiones del corazón, sin las cuales no se podría sobrevivir, el organismo extrae progresivamente el Calcio de los huesos, especialmente de la diáfisis, debilitando su estructura íntima y creando una situación propicia para las fracturas o aplastamientos. También influye en gran medida las formas de cocción de los alimentos, especialmente las verduras, las cuales son hervidas y no cocinadas al vapor o consumidas crudas, hecho que preservaría a muchos nutrientes intervinientes en el proceso de formación ósea, como el Cobre, el Magnesio, el Calcio, el Manganeso, el Boro y muchas vitaminas. Otro de los factores que influyen negativamente en la formación de nuevo tejido óseo, o en la conservación del ya formado, es que las fuentes de Calcio no siempre son adecuadas para el propósito óseo. Así, los productos lácteos se han tomado siempre como una panacea para suministro de Calcio. Sin embargo, a partir de los primeros tres o cuatro años de vida, nuestro organismo deja de producir la enzima lactasa, que posibilita degradar la lactosa contenida en la leche. De tal modo, más del 70% de los adultos tienen alguna forma de intolerancia a la lactosa, hecho que impide la absorción correcta de muchos de los nutrientes contenidos en los productos lácteos, especialmente aquellos que tienen influencia en la formación o conservación del hueso.
En este marco de deficiencias alimentarias, el consumo de suplementos dietarios se hace cada vez más relevante, especialmente porque aportan muchos de los factores nutrientes que coadyuvan en la remodelación ósea. Al respecto, un adecuado suministro de Calcio para mujeres en situación de riesgo demandaría la ingesta de algo más de una docena de yogurts por día, o medio kilo de almendras o más de 350 g de queso. Estos consumos, si bien podrían ser satisfactorios desde el punto de vista de la conservación ósea, resultan altamente inconvenientes en el aspecto nutricional por constituir una ingesta muy grasa y calórica, sin contar con que quedaría pendiente el problema de la adecuada metabolización de la lactosa que ya hemos comentado.
Resulta obvio que el consumo de estos nutracéuticos como el que se propone, debe discurrir paralelamente con la adopción de los conceptos de la vida sana, optimizando la ejercitación física, reduciendo o abandonando definitivamente de ciertos alimentos contraindicados, a la par de modificar ciertas prácticas domésticas gastronómicas que conducen a la pérdida de valiosos nutrientes que se restan a nuestras verdaderas necesidades orgánicas.
ACCIÓN DE LOS COMPONENTES DEL PRODUCTO
El constituyente principal del sistema óseo es el Calcio, aunque para que el mismo sea correctamente absorbido deben participar otros elementos, tales como: el Magnesio, Manganeso, el Potasio, el Cobre, el Boro, el Silicio y el Zinc. Todos ellos componen un pool de sustancias promotoras de la formación anabólica de tejidos óseos.
En este producto, el Calcio tiene varias fuentes: El proveniente de una sal orgánica en forma quelatada de alta absortividad, el aporte mediante una sal inorgánica, una forma sencilla sumamente eficaz si está en presencia de la Vitamina D3; y por último, el que suma las microalgas Spirulina, que si bien es de concentración reducida, va siempre acompañado por complejos orgánicos y otros principios que optimizan su absorción. Todas estas fuentes de Calcio tienen una muy alta biodisponibilidad, sin que impacten negativamente sobre el pH del aparato digestivo.
La Vitamina D3 representa, con el Calcio, uno de los fundamentos de la prevención de la osteoporosis: aumenta la absorción intestinal del Calcio, lo moviliza hacia el sector extracelular, aumenta la mineralización ósea, favorece la biosíntesis y la maduración del colágeno. Es, probablemente, uno de los mejores medios de lucha contra esa enfermedad. El déficit de Vitamina D3 provoca osteomalacia, es decir, un reblandecimiento óseo progresivo, con el riesgo incrementado de fracturas. Sin embargo, trabajos recientes sobre la bioquímica del hueso realizados por R. Glimcher, en el Boston Hospital (EE.UU.),confirman que una suplementación debería ser siempre multifactorial y equilibrada. En sus investigaciones sobre la estructuración bioquímica del hueso y, sobre todo, el metabolismo mineral de los proteoglicanos, Glimcher confirma que otros minerales como el Zinc, el Silicio, el Cobre y el Manganeso tienen importancia capital, aunque su rol no está del todo dilucidado en las investigaciones actuales.
El Ácido Fólico incorporado al producto y la cianocobalamina (Vitamina B12), proveniente de las algas Spirulina, son habitualmente deficitarias en personas menopáusicas y postmenopáusicas, aunque son el común denominador de las personas mayores. Su aporte posibilita corregir la malabsorción digestiva que es frecuente en personas de edad, y que compromete la adecuada nutrición celular. De esta forma, el Ácido Fólico participa de manera dominante en los procesos de generación y regeneración de los tejidos óseos, al aumentar la biodisponibilidad de los iones involucrados.
El Magnesio es un mineral que se emplea para el tratamiento de casi todas las enfermedades, desde la depresión hasta el infarto. También es crucial para la salud del sistema óseo, dado que ayuda al Calcio a penetrar en los huesos y convierte a la Vitamina D en su forma más activa en el interior del organismo. Al respecto, algunos investigadores creen que el Magnesio es el nutriente más importante para la salud de los huesos. Casi la mitad del Magnesio contenido en el cuerpo humano se encuentra en el esqueleto. Aunque en EE.UU. se sigue investigando el papel del Magnesio en la osteoporosis, en base a los estudios actuales se ha concluido que este mineral juega un rol notable en los procesos de asimilación del Calcio, recomendándose suplementos dietarios y nutrientes ad hoc en la dieta, que aporten cantidades significativas para lograr que los huesos se mantengan sanos. El Magnesio es un mineral esencial para la formación de más de 300 enzimas vitales, participando también en la estructura íntima del sistema óseo. Cumple, además, una función importante en la combustión del glicógeno (reserva energética celular). Al igual que el Zinc, su ingesta es ampliamente deficitaria, debiendo ser agregado habitualmente en forma de complemento dietario.
Aunque durante muchos años se han buscado correlaciones aisladas entre el deterioro óseo y el exceso o carencia de Zinc, Cobre, Potasio y Manganeso, se ha comprobado que la carencia de cualquiera de estos nutrientes tiene un impacto negativo sobre la remodelación ósea, aunque dichas investigaciones han concluido que la administración de estos minerales debe hacerse en conjunto. Casi siempre los casos de osteoporosis han detectado carencias de estos iones. Al respecto, varios investigadores de la University of California en 1998 realizaron un estudio que duró dos años con 59 mujeres que habían superado la menopausia. Se les administró un suplemento de 1.000 g de Calcio y se comprobó que esa cantidad frenaba la pérdida de minerales en las vértebras. Sin embargo, cuando se les suministró un cóctel mineral que incluía además Zinc, Manganeso, Cobre y Potasio el deterioro de todo el sistema óseo y las pérdidas de Calcio en la orina se detenía por completo, permitiendo incluso recuperar algo de hueso. Por otra parte, el Zinc es partícipe en la formación de más de 200 enzimas, estructuras proteínicas catalizadoras de las reacciones orgánicas que comandan miles de funciones diferentes, desde la división y el crecimiento celular, el mantenimiento del sistema inmunitario, la producción de testosterona, la regulación de la actividad de los proteoglicanos, de las proteínas y las grasas. Sin embargo, la reserva corporal de Zinc es muy pequeña y está constantemente comprometida por deficiencias específicas de la ingesta, debiendo ser administrada en forma de suplemento dietario. Según estudios realizados en EE.UU., la ingesta media de Zinc es tan solo 8,6 mg/día, siendo la dosis mínima recomendada de unos 30 mg/día y más si se busca una recuperación ósea.
La base de este nutracéutico son las microalgas Spirulina, las cuales constituyen un medio excepcional que aportan todos los aminoácidos esenciales y no esenciales, vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B6 y B12), así como también vitaminas C y E, y especialmente Betacaroteno (con dosajes que son de 30 a 50 veces mayores a la zanahoria). También aportan un conjunto de minerales altamente relevante (Calcio, Magnesio, Fósforo, Azufre, Boro, Hierro, Zinc, Cromo, Cobre, Selenio, Germanio y Vanadio, entre otros). Es decir, las microalgas se comportan como un alimento concentrado natural, el cual, al estar en la base casi absoluta de casi todas las cadenas alimentarias, se corresponde estrechamente a las necesidades de la nutrición humana, especialmente las que relacionan con el sistema óseo. Ello señala que la acción de la Spirulina se encamina a regular y estabilizar los mecanismos bioquímicos involucrados en el mantenimiento de los equilibrios orgánicos, condición necesaria para que la acción de los componentes del nutracéutico opere con eficacia.
Por su composición y carencia absoluta de contraindicaciones, este producto es altamente aconsejable para la prevención de muchas de las patologías óseas que impactan al hombre y mujer de hoy, colaborando en el alivio de los dolores que van asociados a estas enfermedades. Es complementable con cualquiera de los tratamientos que se suelen practicar, sin crear antagonismos ni contraindicaciones.
El nutracéutico no presenta toxicidades a todo espectro de edad. Sus componentes de origen natural tienen una biodisponibilidad extremadamente alta, de modo que no produce acumulaciones ni efectos secundarios a las dosis recomendadas. Su limitación, como es obvio, está circunscripta a la intolerancia reconocida hacia alguno de sus componentes. El producto tiene un margen de consumo que abarca desde la pubertad hasta la ancianidad.
(Sujetas a las indicaciones de su médico habitual)
Ingesta de 4 a 6 cápsulas diarias media hora antes de las comidas.
El producto, a las dosis sugeridas, no tiene toxicidades conocidas. Sus componentes de origen natural tienen una biodisponibilidad extremadamente alta, de modo que no produce acumulaciones peligrosas. Su limitación está solamente circunscripta a la intolerancia o alergia reconocida a alguno de sus componentes.
Apto para el consumo en jóvenes, adultos y ancianos.
Fenilcetonúricos: contiene Fenilalanina proveniente de la base nutriente Spirulina.
Celíacos: Producto orgánico libre de gluten. Sin T.A.C.C.